viernes, 9 de septiembre de 2011

Ahora que tan sólo...


Ahora que tan sólo el desgarro de la sangre
-no mi carne atrapada en él-,
cubre con símbolos esta página en blanco
y la vida es el poema que no se escribe ante el espejo
pero devuelve su luz, tu luz, – la mía-;
porque dentro de mi cabeza está tu cabeza
y no es ella quien siente que atraviesa
tu nombre como el último rincón de lucidez
entre sus brazos, y sin embargo soy yo
quien devoro mi alma contra el abismo.

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